Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

lunes, 3 de febrero de 2014

Y hoy...

Y hoy igual que mañana, mañana igual que ayer un hombre enloquecido besará a una mujer.

 

José Ángel Buesa.




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