Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

lunes, 10 de febrero de 2014

Ausencia de ti nº 15

Que se te muera el perro.
Que te deje de hablar la peña
y que tu hermana
vuelva a la secta.
Que te despidan.
Que te escriban puta en el coche,
que tu madre se haga ludópata,
que te fallen los frenos y la píldora,
que tengas resaca siempre
y que no me olvides nunca.

 

Pepe Ramos.



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