Lo que leo, lo que veo, lo que creo, lo que digo, lo que siento...
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
sábado, 22 de febrero de 2014
Las formas del engaño
De entre todas las vidas que una
vida puede
encerrar, tú y yo nunca escogimos precisamente aquella que
podría habernos
hecho odiar todas las otras, esa que hubiera sido sólo
nuestra.
todavía no tengo claro si ha sido una buena o una mala elección, fíjate. me gusta tu blog. eso sí lo tengo claro.
ResponderEliminarMuchas gracias, Raúl.
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