Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

martes, 27 de enero de 2015

Las maneras de Laura

Laura captura momentos con ayuda del objetivo y esa es su forma de parar el tiempo. 
Y luego está el otro asunto, esa manera que tiene de detener alientos cuando sonríe. 
Ella solita se basta para tirar por tierra la verdad absoluta de que el tiempo siempre es presente y para acelerar el deshielo de los polos con un simple gesto. 
Así se las gasta Laura y esa es su magia.

El Lu.



jueves, 22 de enero de 2015

Plañir

La primera vez que vi el mar pensé que ese
debía de ser, sin duda, el resultado
de todas las lágrimas que derramamos.
Pasé el siguiente invierno recolectando las mías
en frasquitos diminutos
y pensando que las risas suelen ser más sonoras,
pero también vuelan muy rápido y no hay recipiente
ni lugar en el que almacenar la alegría.
Por eso será que es tan escasa y casi nunca se acumula.

El Lu.






sábado, 10 de enero de 2015

Nuestras palabras

Nuestras palabras

nos impiden hablar.

Parecía imposible.

Nuestras propias palabras.

En cierto sentido todas las vidas

son una misma cosa,

ya que cada vida es una cuerda.

Pero unas cuerdas sirven para saltar

a la comba

y otras para ahorcarse con ellas.

Y aquí entre dos calmas

lejos del cementerio

abro un libro de silencios

por la página de tu espalda

y encuentro la palabra alegría

y la palabra alegría lleva acento

y yo se lo quito

y te lo pongo en la nuca.

 

Pedro Casariego Córdoba.





 

miércoles, 7 de enero de 2015

Eso era amor



Le comenté:

—Me entusiasman tus ojos.

Y ella dijo:

—¿Te gustan solos o con rímel?

—Grandes,

respondí sin dudar.

Y también sin dudar

me los dejó en un plato y se fue a tientas.

 

Ángel González.