Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Donde el destino está escrito

En una gotita de lluvia está escrito

todo mi destino:

                           que hoy me pararé,

me levantaré, y me lanzaré hacia el sol.

Me reiré desde una nube,

cabalgaré vientos y tormentas,

y mañana me romperé

contra la acera.

Y se acabó: descanso.


Andjelko Vuletic.




 

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