Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Por mí y por todos mis compañeros

Cada persona es un mundo, esperemos que yo no sea éste tan jodido que me ha tocado...

 

El Lu.



 

 

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