Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

sábado, 8 de febrero de 2014

Seamos realistas

Seamos realistas,

en este sitio

nadie cuenta

estrellas

por la noche.

 

David González.



No hay comentarios:

Publicar un comentario