No supiste, o no quisiste, o no se puede
Lo que leo, lo que veo, lo que creo, lo que digo, lo que siento...
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
sábado, 8 de febrero de 2014
Puedo
Puedo ir y venir cien veces
sin involucrarme.
No os conozco, no os añoro
ni os cojo las manos.
Puedo ir a vuestro lado sin miraros.
No tengo ganas.
No me dais nada
ni vivos ni muertos.
María Couceiro .
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