Preguntas
¿Por
qué no me ubico en un lugarcito tranquilo y me caso y tengo hijos y voy
al cine, a una confitería, al teatro? ¿Por qué no acepto esta realidad?
¿Por qué sufro y me martirizo con los espectros de mi fantasía? ¿Por
qué insisto en el llamado? ¿Por qué me analizo? ¿Por qué me olvido de mi
alma y no estrujo el pañuelito húmedo leyendo “Cuerpos y almas”? ¿Por
qué no me visto con elegancia y paseo por
Santa Fe del brazo de mi novio? ¡Ah! Sé que la vida es muy breve. Sé
que no soy eterna. Pero, en realidad, no veo la muerte. La veo lejana.
Digo cuarenta años pero no los veo. Veo un espacio inmenso. Veo millares
de días. Sé que hay tiempo. Sé que amo mi alma. Me amo a mí. Amo mi
cuerpo y lo besaría todo porque es mío. Amo mi rostro tan desconocido y
extraño. Amo mis ojos sorprendentes. Amo mis manos infantiles...
Alejandra Pizarnik.
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