Lo que leo, lo que veo, lo que creo, lo que digo, lo que siento...
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
jueves, 30 de enero de 2014
Poeta
Me lo dijo un colega, la otra tarde: "Mira, tío, como sigas así, escribiendo en servilletas de papel por los bares, acabarán cargándote el sambenito de poeta, ya verás. Y luego, a ver qué hostias haces".
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