Me desperté, trás una siesta de quince minutos,
recuperado y en forma.
Abrí los ojos y obtuve ese placer,
ya sabes, cuando piensas:
mi vida funciona.
Luego recobré conciencia de la realidad:
durante la última semana me habían despedido
de mi trabajo y a mi madre
le habían diagnosticado cáncer de mama
casi me hundo al recordarlo.
Y entonces hice lo que tú, o aquel
o cualquiera hubiese hecho:
me incorporé de la cama listo para seguir luchando.
José Ángel Barrueco.
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