Estas cosas siempre suceden de repente
No pasa nada. Ella está
en un expreso con dirección
a Barcelona, y yo aquí, en mi
mesa de trabajo, escribiendo
estos versos. Hace apenas
dos horas que se ha ido.
Mañana charlaremos
por teléfono. Sobre la tele,
su espléndida sonrisa.
No pasa nada, como digo.
Y de repente, no sé
qué hacer con tanta soledad.
Karmelo C. Iribarren
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