Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

martes, 28 de enero de 2014

Bolo

Me
alegra
ofrecer
en
algunas
ocasiones
esa
imagen
que
invita
a
algunas
personas
a
no
acercarse.

 

Hipólito García Fernandez "Bolo"




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