Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

lunes, 7 de abril de 2014

Las cuatro cosas

Teniendo en cuenta 

que hoy despierto a tu lado, 

puedo decir que estás en mí, 

y que la ventana que abrirás 

después de tirar el despertador, 

traerá el momento de luz 

que hará de nuestro abrazo 

algo más que un síntoma 

o un conjuro rutinario, 

teniendo en cuenta todas las premisas, 

los axiomas, las persianas, que tosemos 

y que la luz esclarece los desastres, 

esta mañana te quiero 

por encima de la amnesia 

de hambre de tu cuerpo 

que aún no llega y me permite 

instalarte entre mis dedos,

teniendo en cuenta las cuatro cosas 

que aún no sé de tí 

y quiero no saberlas todavía, 

teniendo en cuenta la altitud, 

la presión, la afilada verdad con que te pienso 

al verte entre ranuras de pereza 

que te llevan de la cama a la cocina, 

pongo en relieve 

este instante,

con estos versos tuyos 

que se levantan y caminan, 

mórbidos.

Contigo para siempre.





Use Lahoz.




2 comentarios:

  1. precioso momento, verdad? no es necesario conocer todos los secretos del otro, perderse, sin mapa, en sus cuatro puntos cardinales, también es necesario.

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    1. Los cuatro puntos cardinales son tres: el norte y el sur ( que diría Huidobro) ;)

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