Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

jueves, 3 de abril de 2014

Cortometraje

No podemos fingir el dolor,
el dolor nos finge a nosotros.


Agustín García Calvo.











No hay comentarios:

Publicar un comentario