Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

viernes, 11 de abril de 2014

L'amour est bleu

Cuatro pasos de agua son frontera entre su ombligo y la autopista. Confío en la ruta de mordiscos de su espalda. ¿Me anochece para siempre esta señal? ¿O es brújula de luz para la tarde?.

 

Elena Medel.
 
 
 
 
 
 

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