Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

lunes, 21 de abril de 2014

Cosa pequeñas





Las cosas pequeñas siempre resultan ser las más grandes. Gracias por traérmelas. Muich.

 

 


6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Así es, las más grandes porque una de ellas sin lugar a dudas eres tú, gracias a tí... remuich.

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  3. Respuestas
    1. Rami Khalifé, franco-libanés. Un espectáculo al piano http://youtu.be/c8tLKjzoT7c

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