Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

domingo, 9 de marzo de 2014

¿Fue como beso o como llanto?

¿Fue como beso o llanto?

¿Nos hallamos con las manos, buscándonos a tientas, con los gritos, clamando, con las bocas que el vacío besaban?

¿Fue un choque de materia y materia, combate de pecho contra pecho, que a fuerza de contactos se convirtió en victoria gozosa de los dos, en prodigioso pacto de tu ser con mi ser enteros?

¿O tan sencillo fue, tan sin esfuerzo, como una luz que se encuentra con otra luz, y queda iluminado el mundo, sin que nada se toque?.





Pedro Salinas.






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