Autoretrato a los veinte años.
Me dejé ir, lo tomé en marcha y no supe nunca
hacia dónde hubiera podido llevarme.
Iba lleno de miedo, se me aflojó el estómago
y me zumbaba la cabeza:
yo creo que era el aire frío de los muertos.
No sé. Me dejé ir, pensé que era una pena
acabar tan pronto, pero por otra parte
escuché aquella llamada misteriosa y convincente.
O la escuchas o no la escuchas, y yo la escuché
y casi me eché a llorar: un sonido terrible,
nacido en el aire y en el mar.
Un escudo y una espada.
Entonces, pese al miedo, me dejé ir,
puse mi mejilla junto a la mejilla de la muerte.
Y me fue imposible cerrar los ojos y no ver
aquel espectáculo extraño, lento y extraño,
aunque empotrado en una realidad velocísima:
miles de muchachos como yo, lampiños
o barbudos, pero latinoamericanos todos,
juntando sus mejillas con la muerte.
Roberto Bolaño.
Un buen retrato generacional latinoamericano que es calcado al de los 80 aquí.En Vascolandia una generación la convirtió en himno.Por duro que parezca,a aquella supervivencia generacional le quedó la resaca....http://www.youtube.com/watch?v=Va76AcO0qZU
ResponderEliminarGracias, besos
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