Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

viernes, 7 de marzo de 2014

A veces

A veces no hago el amor contigo
Ocurre que tu cuerpo me rescata

(un cuchillo ignora su importancia, su
tremenda importancia)

de la soledad que la piel impone

(tener filo condiciona seriamente)

a mi sangre. Y se vierte o escapa

no sé qué marea, acaso antigua.

Mundo.

No. A menudo no es contigo con quien

hago el amor.



Julieta Valero.




 

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