Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

lunes, 17 de marzo de 2014

A pesar de todo

Aunque te escupan
te pisen, te cuelguen, te nieguen;
aunque te ofrezcan al paso de los trenes,
miénteles siempre
con la verdad.

 

 

Debris Ankudovich.




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