Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

domingo, 8 de junio de 2014

Que la guerra y la paz me encuentren en tu bando




Hay un instante que sucede al cruce de miradas
en el que puede acontecer cualquier cosa.
Podemos comenzar una guerra,
disparar reproches con metralleta
y adornar el suelo con cadáveres,
o podemos colocarnos flores en el pelo
y bordar el símbolo de la paz
en suave tela de algodón ecológico.
Nunca se sabe, todo puede pasar. 
Y hoy sucede que hemos elegido
respirarnos al oído,
encontrarnos con las bocas abiertas
y los brazos en cruz
para limpiarnos después,
ya satisfechos y renacidos,
nuestro sudor dulce de vainilla
con un trapito blanco bordado.



El Lu.









4 comentarios:

  1. me ha encantado, mucho, buscaba la firma final, para ver quién era el/la poeta y seguirle la pista, y bueno... ya te sigo la pista! :)

    ResponderEliminar
  2. Respuestas
    1. María, placer es llenarse los ojos con tus imágenes. Besos

      Eliminar