Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

martes, 10 de junio de 2014

De los que soy

Soy de los malditos que lloran escondidos
debajo de un atardecer,
soy de los asesinos que jamás le arrancarían
los ojos a un niño sucio,
soy de los pirómanos que pierden las manos
antes de incendiar una flor,
soy de los huérfanos que a todo le hayan un techo,
soy de los hambrientos con licenciatura,
soy de los que se hicieron viejos en el exilio
porque no aprendieron a perderse en su propia tierra,
soy de los bastardos que no supieron callarse
cuando se desplomó el rostro mutilado de dios,
soy de los heridos que van siendo arrastrados
por su propia lengua de sangre,
soy de los que no se salvan
de lo que soy.



Iván Camarena




2 comentarios:

  1. asesino blando, conmovedor pirómano de pacotilla. tremendos versos.

    ResponderEliminar
  2. En este caso, si que merece la pena seguir al autor ;)

    ResponderEliminar