Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

lunes, 16 de junio de 2014

El otro

Sigo fiel a lo pactado:
relación abierta y sinceridad,
sin celos ni compromiso.
Lo acepto de buen grado.
No me importa el qué dirán
ni que salgas con otros tíos.
Pero antes de volver a mi lado
bebe vinagre, cómete un limón
o sométete a cualquier martirio
capaz de borrar de tu cara
la sonrisa de puta satisfecha
que te traes cuando le has visto.


Pepe Ramos.



































2 comentarios:

  1. por muy abierta que sea la relación es difícil de digerir ese regodeo, está claro. regocijos ajenos, los justos.

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    1. Precaución, amigo conductor,,,que esa senda es peligrosa :)

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