Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

jueves, 5 de junio de 2014

La ladrona de libros

—¿Qué hay de ese beso, Saumensch?

Permaneció unos minutos más en el agua, hundido hasta la cintura, antes de salir y tenderle el libro. Los pantalones se le pegaban a las piernas y no dejaba de moverse. En realidad, creo que tenía miedo. Rudy Steiner temía el beso de la ladrona de libros. Debía de haberlo deseado con todas sus fuerzas. Debió de haberla querido con todo su corazón. Tanto, que nunca más volvería a pedírselo y se iría a la tumba sin él.


Markus Zusak 




2 comentarios:

  1. No he leido el libro pero si he visto la película.En la peli,en mi opinión, si que se lo merecía, de largo, y esta frase no me encaja bien,es demasiado dura con Rudy.También se lo merecía ella.Que si tú,que si yo,no tuvieron el momento,pero que se querían,estaba claro.Casi saco el pañuelo, al final,me sudaron los ojos y todo .Besos.

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    1. Yo, al contrario que tú, he leído el libro y no he visto la peli. Si que se lo merecían, pero a veces las cosas son como son y no como nos gustaría que fuesen. Mas besos de regreso y soplidos en los ojos que sudan :)

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