Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

sábado, 26 de julio de 2014

Somos

Somos los hijos malditos de la historia,
desarraigados y sin objetivos.
Nuestra guerra es la guerra espiritual,
nuestra gran depresión es nuestra vida.
Crecimos con la televisión que nos hizo creer
que algún día seríamos millonarios.
dioses del cine o estrellas de rock,
pero no lo seremos y poco a poco
nos hemos dado cuenta
y estamos MUY, MUY CABREADOS.



Chuck Palahniuk.




 

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