Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Como nunca quise a nadie

Desprecio tu persona, tus encantos,

deseo que te vayas al infierno,

espero que tu cama sea un invierno,

que sueñes sólo duelos y quebrantos.

No escondas la sonrisa entre los llantos,

ahora no es momento de ser tierno,

la voz me la he guardado en un cuaderno,

me callo ante tus falsos desencantos.

Espero que el pasado se deshaga,

que aquella canción ya nunca se radie,

lo nuestro es una vela que se apaga.

Y toda la maldad que ahora te irradie


es sólo por amor, por si te halaga.



Te odio como nunca quise a nadie.




Luis Ramiro.
















1 comentario:

  1. maravilloso poema de odio, y de amor, que es colindante. esos tres últimos versos son de antología.

    ResponderEliminar