Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Ginebra, besos

Me dices que la cama de tu cuarto
está sin hacer,

que bajaste y todas las tiendas estaban cerradas,
que hoy es domingo,
que ayer sábado dijimos muchas cosas,
mucho amor, ginebra, besos,
que si tengo algo de pan o de ternura
que prestarte.



Pablo García Casado.






2 comentarios:

  1. algo de ternura en esos momentos, tan delicados, es fundamental, aunque sea dos cucharaditas, como para endulzar un café

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