por estirar su márgenes y unirlos
al círculo infinito de la savia
nos buscamos a tientas los contornos
para fundir la piel deshabitada
con el rumor sagrado de la vida.
Tú me miras colmado de cuanto forja el goce,
volcándome la sangre hasta el origen
y las ganas tomadas hasta el fondo.
No existe conjunción más verdadera
ni mayor claridad en la sustancia
de que estamos creados.
Esta fusión bendita hecha de entrañas,
la arteria permanente de la estirpe.
Sólo quien ha besado sabe que es inmortal.
Raquel Lanseros.
Pero no de cualquier beso...
ResponderEliminarDe algunos, si ;)
Eliminarwow! fusión nuclear. hermosos versos.
ResponderEliminarY hermosos besos
Eliminar