Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

lunes, 2 de marzo de 2015

El carro


-¿Dónde vas con el carro?, si ya está oscuro

-A buscar en la noche sitio seguro.





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