Cuando por tu cuerpo pasen
las legiones de la muerte,
y tus manos sean la tierra de mi huerto,
sembraré con las mías para tocarte.
En el tallo de los lirios encontraré tu cintura,
en el color del tomate tus mejillas.
Las verbenas me hablarán de tu hermosura,
y así estarás de nuevo en mi vida.
En las semillas de los rosales,
en el verde de la hierba,
en el viento que mece los matorrales,
ya no estarás muerta.
Tendré el jardín cultivado
de flores y plantas aromáticas.
Lleno de pensamientos morados.
¡Que tu cuerpo vuelva a mi lado!.
Javier García Romero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario