Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

martes, 4 de noviembre de 2014

Legiones

Cuando por tu cuerpo pasen

las legiones de la muerte,

y tus manos sean la tierra de mi huerto,

sembraré con las mías para tocarte.

En el tallo de los lirios encontraré tu cintura,

en el color del tomate tus mejillas.

Las verbenas me hablarán de tu hermosura,

y así estarás de nuevo en mi vida.

En las semillas de los rosales,

en el verde de la hierba,

en el viento que mece los matorrales,

ya no estarás muerta.

Tendré el jardín cultivado

de flores y plantas aromáticas.

Lleno de pensamientos morados.

¡Que tu cuerpo vuelva a mi lado!.




Javier García Romero.







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