el cansacio amargo de las palabras
vive en el misterioso resplandor
de sus pupilas dilatadas.
Sólo para la música cobriza del poema
abre su alma con codicia,
ante la vida, deseada y plena
es sorda y soberbia.
Silencioso y lento
es su paso tan extremadmente suve,
no puedo decir que es hermosa,
pero toda mi felicidad está en ella.
Nikolai Gumiliov.
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