Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

viernes, 4 de septiembre de 2015

Resistencia, sin embargo

 Esta vida es hostil, bien lo sabéis,
 no le basta privarnos de lo grande y
 se complace humillándonos lo humilde,
 y nos priva de patria y utopías

 y hurga obsceno en despensas y mesillas
 y deja su amarillo entre los libros,
 las fotos, la memoria y las cosas,
 los huesos y los días y los sueños,

 que nada de eso importe, mis amigos,
 vamos a seguir vivos, mano en mano,

que no saldremos vivos de esta vida,
 aunque nunca vencidos, sin embargo.





José Antonio Martinez Muñoz.


















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