Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

sábado, 27 de junio de 2015

Asuntos sociales

Se instaló la desverdad aquí
Y se les oye desdecir sus odios
Con gesto pío profundamente opuesto
A la violencia como forma
O expresión política
Avivando hogueras para ofrecerse
Después como bomberos
Imprescindibles afirman que les importa
Algo más que su ombligo...

  mienten.


Daniel Bellón.








No hay comentarios:

Publicar un comentario