Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

domingo, 17 de agosto de 2014

On n'aime qu'une fois



Si yo supiera hablar
con las justas palabras,
si pudiera poner los nombres a las cosas
y hacer que así existieran,
si consiguiera hablarte
con la palabra exacta...

sabrías que ni antes
ni después de saberte
puede haber sentimiento
más intenso.



Luis Felipe Comendador.




 

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