Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Tregua

A veces,
justo en medio
de la desesperación y el caos,
cuando todo parece perdido,
la vida nos concede
una pequeña tregua:

la clave de un poema,
los preparativos de un viaje,
la llamada de un amigo,
la magia de un atardecer.

Días de luz en los que,
sin saber por qué,
se declara el alto el fuego,
y todo parece
fluir de nuevo en tu interior.

Aunque en el fondo,
en lo profundo,
se siga escuchando
el fragor de la lucha.




Vicente Muñoz Álvarez.

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