Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

sábado, 23 de enero de 2016

Cicatrices en la boca

Cicatrices en la boca
los tendones arrancados
diez abortos cada noche
destronadas las palabras
te miro, callo, te escucho
abro los brazos, te espero
haciendo guardia, te admiro,
vacía de todo yo
te persigo entre las sombras.

 

Deborah Vukusic. 





 

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