Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.
Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Como nunca quise a nadie

Desprecio tu persona, tus encantos,

deseo que te vayas al infierno,

espero que tu cama sea un invierno,

que sueñes sólo duelos y quebrantos.

No escondas la sonrisa entre los llantos,

ahora no es momento de ser tierno,

la voz me la he guardado en un cuaderno,

me callo ante tus falsos desencantos.

Espero que el pasado se deshaga,

que aquella canción ya nunca se radie,

lo nuestro es una vela que se apaga.

Y toda la maldad que ahora te irradie


es sólo por amor, por si te halaga.



Te odio como nunca quise a nadie.




Luis Ramiro.
















lunes, 22 de diciembre de 2014

Entonces me besaste

Por celebrar el cuerpo, tan hecho de presente
por estirar su márgenes y unirlos
al círculo infinito de la savia
nos buscamos a tientas los contornos
para fundir la piel deshabitada
con el rumor sagrado de la vida.
Tú me miras colmado de cuanto forja el goce,
volcándome la sangre hasta el origen
y las ganas tomadas hasta el fondo.
No existe conjunción más verdadera
ni mayor claridad en la sustancia
de que estamos creados.
Esta fusión bendita hecha de entrañas,
la arteria permanente de la estirpe.
Sólo quien ha besado sabe que es inmortal.


Raquel Lanseros.







domingo, 14 de diciembre de 2014

No quisiera que lloviera

No quisiera que lloviera
te lo juro
que lloviera en esta ciudad
sin ti
y escuchar los ruidos del agua
al bajar
y pensar que allí donde estás viviendo
sin mí
llueve sobre la misma ciudad.
Quizá tengas el cabello mojado
el teléfono a mano
que no usas
para llamarme,
para decirme:
esta noche te amo.
Me inundan los recuerdos de ti
discúlpame,
la literatura me mató
pero te le parecías tanto.






Cristina Peri Rossi.












jueves, 11 de diciembre de 2014

Trenes dormidos

Puede que la vida
esa orgullosa sin nombre
ni rostro
la vida
te haya ocultado bien
la mano donde escondía la china
y así,
los buenos ratos, los trofeos,
esos méritos que lucimos estúpidos
recen ocultos y burlones
como cuando los curas
nos bajaban a misa aquellas tardes
de nocilla y balón pié.

Puede que sea así
y muchos de aquellos títulos
que en la actualidad
todavía resuenan en tu cabeza
tengan algo de verdad.

Sí, tú
personaje de guiñol
de madera y colores
con tus estudios y tus bolsillos vacíos
y esos zapatos
siempre nuevos

tu ilusión quiero decir

esos zapatos bailando al compás
de las farolas en silencio.

Sí, puede que la vida
y esas cosas…
pero no, ¿lo recuerdas?

You are a fucking train
In a fucking dead line


No,

no les hagas
ni puto caso.






Lucas Rodríguez Luís.











domingo, 7 de diciembre de 2014

Ginebra, besos

Me dices que la cama de tu cuarto
está sin hacer,

que bajaste y todas las tiendas estaban cerradas,
que hoy es domingo,
que ayer sábado dijimos muchas cosas,
mucho amor, ginebra, besos,
que si tengo algo de pan o de ternura
que prestarte.



Pablo García Casado.






jueves, 4 de diciembre de 2014

Mujer

(Mujer)

Me gustas tan rebelde,

de ojos duros, mirada fuerte,

irreverente, tiesa, inconforme...

enemiga del no sé qué, del no sé cómo.

De cambios, revoluciones, verdades,

defensas, ataques.

Hostil al sistema lento y trampa,

rápida, rapaz, beligerante...

Íntima del mundo mejor,

tan amorosa.

Tiemblo de emoción cuando me dices:

"por la vida daría mi vida".



Christian Reinoso.





lunes, 1 de diciembre de 2014

Oración por Marilyn Monroe

Señor

recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con


el nombre de Marilyn Monroe,

aunque ése no era su verdadero nombre


(pero Tú conoces su verdadero nombre,


el de la huerfanita violada a los 9 años


y la empleadita de tienda que a los 16


se había querido matar)

y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje

sin su Agente de Prensa


sin fotógrafos y sin firmar autógrafos


sola como un astronauta frente a la noche espacial.


Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en


una iglesia (según cuenta el Times)


ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo


y tenía que caminar en puntillas para no pisar


las cabezas.


Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.


Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno


pero también algo más que eso...


Las cabezas son los admiradores, es claro


(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro


de luz).


Pero el templo no son los estudios de la


20th Century-Fox.


El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo


en el que está el hijo de Hombre con un látigo


en la mano expulsando a los mercaderes


de la 20th Century-Fox


que hicieron de Tu casa de oración una cueva de


ladrones.


Señor


en este mundo contaminado de pecados y de


radiactividad,


Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda


que como toda empleadita de tienda soñó con ser


estrella de cine.


Y su sueño fue realidad (pero como la realidad


del tecnicolor).


Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,


el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.


Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros


por nuestra 20th Century


por esa Colosal Super-Producción en la que todos


hemos trabajado.


Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.


Para la tristeza de no ser santos


se le recomendó el Psicoanálisis.


Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara


y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse


en cada escena y cómo se fue haciendo mayor el horror


y mayor la impuntualidad a los estudios.


Como toda empleadita de tienda


soñó ser estrella de cine.


Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra


interpreta y archiva.


Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados


que cuando se abren los ojos


se descubre que fue bajo reflectores


¡y se apagan los reflectores!


Y desmontan las dos paredes del aposento


(era un set cinematográfico)

mientras el Director se aleja con su libreta


porque la escena ya fue tomada.


O como un viaje en yate, un beso en Singapur,


un baile en Río


la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa


de Windsor vistos en la salita del apartamento


miserable.


La película terminó sin el beso final.


La hallaron muerta en su cama


con la mano en el teléfono.


Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.


Fue como alguien que ha marcado el número


de la única voz amiga


y oye tan solo la voz de un disco que le dice:


WRONG NUMBER


O como alguien que herido por los gangsters


alarga la mano a un teléfono desconectado.


Señor:


quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar


y no llamó (y tal vez no era nadie


o era Alguien cuyo número no está


en el Directorio de los Ángeles)


¡contesta Tú al teléfono!




Ernesto Cardenal.